Dada la importancia de conservar la diversidad lingüística y apoyar el fomento y la revitalización de los idiomas en todo el mundo, es preciso afianzar considerablemente este punto de referencia. La alfabetización inicial, destinada a niños y niñas o a adultos, debe impartirse primero en la lengua materna del alumno(a), y luego hay que tender un sólido puente hacia el idioma o los idiomas predominante(s), sean nacionales o internacionales. Esa educación plurilingüe basada en la lengua materna permitirá obtener los mejores resultados en cuanto a niveles de alfabetismo. Sheldon Shaeffer es el Director de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para Asia y el Pacífico, Bangkok, Tailandia.
Uno de los más importantes Puntos de Referencia Internacionales sobre la Alfabetización de Adultos que promueve la Campaña Mundial por la Educación (2005) es el octavo:
«En marcos multilingües, resulta importante que en todas las etapas del proceso los alumnos puedan escoger en qué idioma aprender. Se debe hacer todo lo posible por alentar y mantener el aprendizaje bilingüe».
En todo el mundo, la existencia de una lengua dinámica y viva es percibida como una condición esencial para el bienestar de cualquier sociedad humana. Sin embargo, las lenguas se encuentran en una situación complicada. El 97 % de la población mundial habla sólo el 4 % de los idiomas mundiales, lo cual significa que únicamente el 3 % de los habitantes de todos los países hablan el 96 % de sus lenguas.1 Ya en 1922 el lingüista Michael Krauss predijo que, si no se adoptaban medidas, el 90 % de las lenguas vivas del mundo quedarían fuera de uso durante los próximos cien años. Calculó que existían alrededor de 6.000 lenguas vivas en el mundo, un tercio de las cuales se hablaban en Asia. El 50 % de estas últimas fueron clasificadas por Krauss en la categoría de «moribundas» (es decir, ya no eran adquiridas por los niños y niñas de ese grupo lingüístico a través de la enseñanza o el aprendizaje) y estimó que otro 40 % de ellas se encontraba «en peligro de desaparición» (esto es, si la situación actual se mantenía, estas lenguas minoritarias no podrían ser transmitidas a la generación venidera durante los próximos cien años). Así pues, sólo se puede considerar razonablemente que el 10 % de todas las lenguas del mundo se encuentran «a salvo» (vale decir, lenguas que cuentan con un vasto universo de hablantes y respaldo oficial del Estado). La diversidad lingüística —lo mismo que la diversidad cultural y biológica— se encuentra gravemente amenazada en todo el mundo.2
«Si no se adoptan medidas» es la frase clave en este caso. Si no se adoptan medidas, estas lenguas y sus correspondientes culturas van a desaparecer. A pesar de todo, sí se están realizando algunos esfuerzos para evitar que durante el transcurso del nuevo siglo experimenten una pérdida sin precedentes de su diversidad lingüística y cultural.
Las pequeñas comunidades lingüísticas de minorías étnicas del mundo representan un porcentaje relativamente alto de la población analfabeta de todos los países. ¿A qué se debe este fenómeno? Lo anterior se explica en parte porque las minorías étnicas suelen ser marginadas de la corriente predominante en la vida e instituciones sociales, económicas y políticas de su nación. Si acaso se las llega a admitir en ese entorno de vida preponderante, ello sólo ocurrirá cuando hayan dejado atrás su identidad étnica y lingüística para adoptar el idioma y la cultura de la sociedad que prevalece desde el punto de vista demográfico, económico, político o histórico. No se trata de un proceso nuevo, sino de la larga, ampliamente conocida, extensamente documentada y triste historia de las comunidades minoritarias de todo el mundo.
Taller de concienciación en la aldea Hoa Thinh, Vietnam
Fuente: Jack Picone/ActionAid
Un renombrado estudioso de la extinción de las lenguas analiza el motivo por el cual los hablantes de un idioma minoritario deciden renunciar a él:
«El fondo del asunto es el siguiente: la mayoría de las personas siente algún grado de apego a su idioma ancestral, y en muchos casos ese sentimiento es muy intenso. Si las circunstancias son razonablemente favorables, la gente se identifica con su propio idioma y no busca un sustituto. Cuando la gente ha adoptado otro idioma y renunciado completamente al suyo, casi siempre se ha debido a una historia local de represión política, discriminación social o privación económica. La mayoría de las veces se han dado las tres situaciones. En la postura de Joshua Fishman, que el autor enuncia de manera brutal, está implícito este reconocimiento: «La uniformación [es decir, el que todos hablen el mismo idioma] nunca corresponde a una situación humana óptima. Ella necesariamente implica que el fuerte subyuga al débil, y la mayoría sojuzga a un grupo reducido: en suma, se aplica la ley de la selva». (Fishman, 1991:31)3
De manera que cuando la cruel disyuntiva entre obtener un medio de subsistencia o conseguir la participación política y seguir hablando un idioma conduce a la sustitución del idioma utilizado, y por último a su desaparición, cabe preguntarse quién sufre una pérdida: ¿no sólo la comunidad minoritaria sino también la nación en su conjunto?
A continuación se presenta la perspectiva de un eminente lingüista acerca de lo que se pierde cuando una lengua «muere»:
«Toda lengua es la viva imagen de una cosmovisión y un complejo cultural únicos que reflejan la manera en que la comunidad de hablantes ha resuelto sus problemas al relacionarse con el mundo (…) Con la muerte de una lengua (…) se pierde para siempre una unidad irremplazable de nuestro conocimiento y de nuestra concepción de la cosmovisión y del pensamiento humanos».4
En un plano más personal, la siguiente es la visión del hablante de una minoría con respecto al impacto que la sustitución de una lengua étnica tiene en los niños:
Si un(a) niño(a) decide abandonar su lengua y sus costumbres, y desenvolverse en la comunidad hablando sólo una lengua extranjera, cabe suponer que ese(a) niño(a) acabará siendo como un pájaro que sólo vuela de acá para allá [no sabiendo dónde posarse] sin comprender nada. Será un(a) niño(a) con una mente confusa. (Aika Rambai, comunicación personal, 29 de julio de 1995)5
Asimismo, otro hablante de la lengua de una minoría étnica de Papúa Nueva Guinea percibe de la siguiente manera el vínculo entre idioma, cultura e identidad:
«Sabemos cómo hablan nuestra lengua [nuestros hijos más pequeños]. Dios nos da nuestra lengua mientras aún nos encontramos en el vientre materno, y es así como somos capaces de conversar en esa lengua, lo cual es positivo. Me encanta mi lengua porque es mía, la que me gusta hablar. Nuestra lengua contiene nuestra vida (…) esta hermosa lengua es beneficiosa y habita en nosotros. Sin embargo, si no la hablamos entonces la muerte vendrá a buscarnos y nuestra boca se cerrará. Nuestra lengua es nuestra bastión». (Concejal Aika Dopenu, comunicación personal, 17 de noviembre de 1995; traducido del umbu-ungu). 6
Para asegurarse de que la lengua siga siendo el «punto fuerte» de las minorías étnicas, a menudo es necesario fomentar y revitalizar aun más sus lenguas, para salvarlas de la extinción. Según señala David Cristal, lo anterior tiene importancia porque las lenguas expresan identidad, porque son repositorios de la historia, porque contribuyen a aumentar el acervo de conocimientos humanos, y porque son interesantes en sí mismas. 7
Cristal sugiere adoptar una serie de medidas para proteger las lenguas de la extinción,8 entre ellas:
Los sistemas educativos constituyen un factor decisivo durante el proceso en que se define si las lenguas se extinguirán o lograrán sobrevivir y prosperar. Puesto que los sistemas educativos de los estados-nación reflejan los valores y las aspiraciones de la sociedad predominante, los alumnos de la minoría étnica se encuentran con una enorme barrera que impide su participación en la vida de la nación cuando llegan a la puerta de un edificio escolar o de un centro de alfabetización de adultos. De hecho, la mayoría de los sistemas educativos resultan ser inadecuados, o incluso hostiles, para los grupos minoritarios autóctonos y sus lenguas. Lo anterior ocurre particularmente en el caso del empleo de esas lenguas en la escuela, pero también en relación con los programas de alfabetización de adultos.
En consecuencia, es un requisito fundamental, tanto para el desarrollo cultural y lingüístico como para el progreso académico, que la educación temprana y la alfabetización inicial —incluso para adultos— sean impartidas en el primer idioma o lengua materna de los alumnos. Se pueden aducir muchas razones para justificar esta medida:
Sin embargo, también se presentan múltiples dudas y dificultades:
En la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural, aprobada unánimemente por la 31ª Sesión de la Conferencia General de la UNESCO (octubre de 2001), se reconoce la relación que existe entre biodiversidad, diversidad cultural y diversidad lingüística. El plan de acción de la UNESCO asociado a esta Declaración recomienda que los estados miembros, en conjunto con las comunidades de hablantes, adopten medidas para garantizar que:
Clases Reflect para mujeres, Kabul
Fuente: Jenny Matthews/ActionAid
La declaración de la UNESCO «La educación en un mundo plurilingüe », emitida el año 2003, establece principios rectores basados en diversos documentos, acuerdos, declaraciones y recomendaciones que representan su actual enfoque de las lenguas y la educación, y puede servir para exponer la postura de la comunidad internacional sobre la materia. Entre dichos principios se incluyen:
1. Apoyo a la enseñanza en la lengua materna como medio de mejorar la calidad de la educación basándose en los conocimientos y la experiencia de los educandos y los docentes.
2. Apoyo a la educación bilingüe y/o plurilingüe en todos los niveles de enseñanza como medio de promover a un tiempo la igualdad social y la paridad entre los sexos y como elemento clave en sociedades caracterizadas por la diversidad lingüística.
3. Apoyo a los idiomas como componente esencial de la educación intercultural a fin de fomentar el entendimiento entre distintos grupos de población y garantizar el respeto de los derechos fundamentales.
En suma, las siguientes conclusiones deberían servir de orientación para volver a redactar el Octavo Punto de Referencia, con el fin de evitar restringir la variedad de idiomas que puede escoger un alumno, garantizar que éste comprenda claramente las repercusiones de cada una de sus posibles opciones y, dondequiera que sea posible, promover la educación bilingüe comenzando por la lengua materna.
Comprender y reconocer que la diversidad de una sociedad multiétnica constituye una riqueza, un tesoro, y que la preservación de esa diversidad es fomentada y alentada mediante la difusión de la alfabetización en la lengua minoritaria y en los idiomas nacionales;
«Octavo Punto de Referencia: En contextos multilingües, es importante que al elegir, en todas las etapas del proceso, el idioma en el que aprenden, l@s participantes comprendan las ventajas culturales, sociales y educativas de aprender a leer y escribir primero en su lengua materna como un medio eficaz de mantener el aprendizaje bilingüe y adquirir un dominio de la lengua nacional y de idiomas internacionales. Se debe hacer todo lo posible para fomentar y sostener el aprendizaje bilingüe».
Elección concejal en una aldea de Afganistán
Fuente: Jenny Matthews/ActionAid
1 Bernard, H. Russell (1996). Language Preservation and Publishing. En Hornberger (Ed.), Indigenous
Literacies in the Americas: Language Planning from the Bottom Up, pp. 139-156. Berlín: Mouton de Gruyter.
2 Krauss, Michael (2000). Preliminary Suggestions for Classification and Terminology for Degrees of Language Endangerment. En M. Brenzinger (Ed.), The Endangered Languages of the World. Presentado en el coloquio: Language Endangerment, Research, and Documentation – Setting Priorities for the 21st Century. 12 al 17 de febrero de 2000, Karl-Arnold-Akademie, Bad Godesberg, Alemania.
3 Tomado de Dorian, N. (1999). Linguistic and ethnographic fieldwork. En J. Fishman (Ed.), Handbook of language and ethnic identity, pp. 25-41. Oxford: Oxford University Press.
4 Stephen A. Wurm. (1991). Language death and disappearance: Causes and circumstances. In R.H. Robins & E.M. Uhlenbeck (Eds.), Endangered languages, pp. 1-15. Oxford: Berg.
5 Ibid.
6 Tomado de Malone, D. 1998. p. 171, Namel manmeri: Language and culture maintenance and
mother tongue education in the highlands of Papua New Guinea. Tesis no publicada. Indiana
University, Bloomington, Indiana.
7 David Crystal, 2000. pp 27-67, Why should we care?
8 Ibid. pp 127-166.
9 IIEP Newsletter; vol. XXI, No. 3, julio-septiembre de 2003, p.4.
10 Grupo de expertos ad hoc de la UNESCO sobre lenguas en peligro (2003), Vitalidad lingüística
y situación de peligro, documento presentado ante la Reunión Internacional de Expertos del
Programa de la UNESCO de salvaguardia de las lenguas en peligro de desaparición, París, 10
al 12 de marzo.