Moussa Gadio

Este trabajo se concentra en la filosofía de transformación social del educador brasileño Paulo Freire, reflejada en un proyecto educativo llevado a cabo en la comunidad de Manankoro en Malí Meridional (África Occidental), utilizando el enfoque Reflect. Nuestro objetivo es demostrar que en esa comunidad tuvo lugar una transformación social ajustada a la concepción freireana. Se entrega una breve reseña del enfoque Reflect y de la manera en que está vinculado al ideario de Freire. Luego se pasa a describir y analizar el proyecto, sus actividades y sus resultados en relación con la filosofía de Freire.

El «Reflect» y la transformación social en la comunidad de Manankoro en Mali

El enfoque Reflect: sus orígenes y sus vínculos con la filosofía freireana de transformación social

El término Reflect fue originalmente una sigla (Regenerated Freirian Literacy through Empowering Community Techniques – REFLECT) que significaba alfabetización freireana regenerada mediante técnicas para el apoderamiento de la comunidad (Chambers, 1997, p. 121). Más tarde evolucionó hasta quedar sólo como un concepto, Reflect. La primera en desarrollarlo fue la organización británica Action-Aid a través de proyectos piloto implementados en 1993 en Uganda (África), Bangladesh (Asia) y El Salvador (América Central). Desde entonces, el enfoque Reflect para el desarrollo comunitario y el cambio social se transformó en una de las herramientas más ampliamente utilizadas en todo el mundo. Parte de la explicación de por qué el enfoque Reflect se encuentra tan generalizado reside en sus principios básicos.

El enfoque Reflect consta de dos pilares principales: los principios educativos de la filosofía freireana de transformación social y el método de la evaluación rural participativa (ERP). Archer y Cottinghman (1996) advirtieron que

«si bien el enfoque Reflect procura basarse en el marco teórico elaborado por el brasileño Paulo Freire, proporciona una metodología práctica al recurrir a técnicas de evaluación rural participativa». (Resumen)

Al fundarse en los principios feireanos, el enfoque Reflect se concentraba en diversos elementos de su filosofía, principalmente en aspectos relativos al diálogo, la concienciación, y la alfabetización mediante la codificación y decodificación. El diálogo era el punto de partida para el coaprendizaje entre maestros y alumnos fomentado por Freire. En cuanto a la concienciación, que permitiría a los oprimidos percatarse de su situación y actuar en consecuencia, también fue tenida en cuenta y propiciada por el diálogo. La codificación y la decodificación estaban asociadas al diálogo entre el alumno y aspectos de su ámbito de aprendizaje, que conduce a una alfabetización mediante la cual el educando decodifica y lee su mundo. Merriam, Caffarella y Baumgartner (2007) señalaron que Freire se vale de la concienciación para promover la alfabetización, aspecto que también adquiere relevancia en el enfoque Reflect.

Las ideas de Freire sirvieron de inspiración al enfoque Reflect en varios niveles. Ocurre que la evaluación rural participativa, que aparece como el segundo pilar del enfoque Reflect, también es de inspiración freireana. Archer y Cottingham (1996) observaron que

«Chambers es la figura clave tras la evaluación rural participativa, pues ha escrito numerosas obras y ha capacitado a muchas personas en esta área. En sus frecuentes alusiones a los orígenes de la ERP ha reconocido como una de sus influencias fundamentales los trabajos de Freire sobre el diálogo y la concienciación». (p. 8)

La ERP también tiene que ver con el cambio y la transformación impulsados por la comunidad. Tras años de aplicarse enfoques «de arriba a abajo», donde los alumnos participaban escasamente en el proceso de aprendizaje —como se describe en el concepto de «educación bancaria» de Freire—, se procuró que la ERP aportara una nueva dimensión de aprendizaje en que el alumno tenía mayor injerencia.

Al describir la ERP, Chambers (1994) sostuvo que

«los métodos más desarrollados y ensayados de ERP incluyen actividades participativas para elaboración de mapas y modelos, caminatas de trayecto, ponderación de matrices, agrupamiento y clasificación según nivel de bienestar, elaboración de calendarios estacionales, diagramación institucional, análisis de tendencias y oportunidades, o diagramación analítica, iniciativas todas emprendidas por habitantes locales». (p. 1253)

En consecuencia, la ERP podría utilizarse simultáneamente para diversos propósitos. Permite hacer participar a miembros de la comunidad en el proceso de aprendizaje y desarrollo. Emplea y valoriza el patrimonio y los conocimientos locales. Gracias a la ERP, los miembros de la comunidad adquieren conocimientos por sí mismos, y aprenden haciendo. Archer y Nottingham (1996) sostienen que

«las técnicas de ERP han sido aplicadas a evaluaciones globales, a diagnósticos detallados de necesidades sanitarias o de la agricultura local, pero en épocas pasadas no se las ha aplicado en los programas de alfabetización». (p. 8)

Esta confluencia de la ERP con la alfabetización ha sido posible gracias al enfoque Reflect.

En una actividad Reflect se distinguen dos componentes principales. La primera parte comprende la construcción de gráficos y el debate. Según Archer y Cottinghham (1996),

«cada unidad comienza con la elaboración de un mapa, una matriz, un calendario o un diagrama. Esas actividades tienen lugar sobre el terreno, empleando cualquier material que esté disponible en el lugar: trozos de madera, piedras, semillas o frijoles». (p. 12)

Se emplea un método participativo, la herramienta es analizada e informada des-de el terreno al papel, y los miembros del grupo comienzan a añadir leyendas a los gráficos. Esa fase marca el inicio de la segunda parte, que tiene que ver con la introducción a la alfabetización. El grupo que utiliza el Reflect se denomina círculo Reflect, expresión que se inspira en el término «círculos de cultura» utilizado por Freire (2007). El empleo del enfoque Reflect se ha difundido ampliamente en todo el mundo, pues hoy en día lo aplican cerca de 500 organizaciones en al menos 70 países. Es promovido a través de redes regionales en cada continente. La red africana, conocida como Pamoja, tiene su sede en Uganda. Una red internacional, conocida como Círculo para Iniciativas e Información a Nivel Internacional sobre el Reflect (Circle for International Reflect Action and Communication – CIRAC), coordina la labor de las redes regionales. El Reflect fue introducido en Malí el año 2000, y desde entonces muchas comunidades y organizaciones de desarrollo han demostrado interés en dicho enfoque. Una de esas organizaciones de desarrollo, Jeunesse et Développement, supervisó su puesta en práctica en la región meridional de Malí. Esa iniciativa fue escogida como el proyecto de muestra que será analizado en este trabajo.

Descripción general del área del proyecto

Malí es un país sin acceso al mar, situado en África Occidental. Tiene una superficie de 1.241.238 km 2 , y una población de 12.051.000 habitantes. El grueso de su territorio está cubierto por las zonas del Sáhara y el Sahel. La mayor densidad de población se observa principalmente en la región meridional, donde se ha implementado el proyecto. El área del proyecto es conocida como la comunidad Manankoro, que se encuentra justo en la frontera con el país vecino de Costa de Marfil. Esta área meridional, con un clima más benigno, es una región de concentración humana, a diferencia de las zonas del Sáhara y del Sahel. Las presiones de las actividades humanas no impiden el florecimiento del ambiente en esta región. La comunidad Manankoro es un área rural, pequeña y aislada. Otras características que la distinguen son su gran lejanía de las grandes ciudades, sus caminos imprevisibles y el limitado acceso a medios de comunicación.

A consecuencia de un levantamiento popular ocurrido en 1991, el régimen político de Malí cambió de un gobierno unipartidista a un sistema democrático. Esta nueva orientación ha sido reforzada gracias a la aplicación de una política de descentralización. Este sistema ha permitido crear nuevas entidades territoriales que se gobiernan libremente a sí mismas a través de concejos elegidos. El cambio más significativo se apreció en la cantidad de entidades locales conocidas como «comunas», que aumentó de 19 antes de la descentralización a 703 con posterioridad a la misma. Una importante característica de la descentralización es que permite que los ciudadanos elijan a sus autoridades. El nivel de responsabilidad de los actos propios cambia cuando los dirigentes tienen que rendir cuentas a los ciudadanos. El potencial de los ciudadanos también aumenta en lo que respecta al liderazgo, pues ahora pueden presentarse como candidatos en las elecciones.

La comunidad de Manankoro consta de tres comunas rurales, cada una compuesta de diversas aldeas, con un pueblo que funciona como cabeza de región. En conjunto, las tres comunas tienen una población de 28.250 habitantes, distribuidos en 42 aldeas. El proceso de descentralización permitió que cada una de ellas contara con un concejo elegido, encabezado por un alcalde. Estos concejos se encargan de planificar, implementar, supervisar y evaluar el proceso de desarrollo local. La descentralización hizo posible que las nuevas comunas adquirieran una serie de competencias. Fue así como los concejos elegidos en las tres comunas pudieron elaborar e implementar políticas y planes en materia de educación, salud, aprovechamiento del agua, gestión de recursos naturales, y creación de infraestructuras para el desarrollo rural. En el ámbito de la descentralización también se hace hincapié en temas como la ciudadanía y la participación en la comunidad.

Se han realizado esfuerzos para aumentar el potencial político de los grupos marginados —como los jóvenes y las mujeres— que no tenían participación política.

En la vida socioeconómica de Manankoro influyen sus habitantes y su interrelación, por una parte, y los habitantes y sus actividades, por otra. Manankoro posee una enorme variedad y riqueza étnica. Cada aldea tiene su propio grupo predominante y sus minorías. Aun cuando las actividades cotidianas de la gente están determinadas por el origen étnico, éste constituye más bien un factor de cohesión que de división. Obviamente que existen tensiones entre agricultores y criadores de ganado con respecto a la explotación de los recursos naturales. Sin embargo, gracias a que prevalecen valores perdurables, como la solidaridad y la convivencia pacífica con los vecinos, todos los miembros de las comunidades viven en un clima de armonía. Puesto que se trata de una comunidad rural, la vida social de Manankoro está determinada por su situación económica.

Indabawa y Mpofu (2006) nos ayudan a comprender las condiciones económicas de las comunidades rurales como Manankoro. Según ellos, las comunidades rurales

«viven del producto de la tierra, a menudo de manera estacional. La cría de ganado y la agricultura son los medios de subsistencia económica más habituales». (p. 40)

 

 

 

Asamblea general
Fuente: Moussa Gadio


 

 

 

Las actividades de labranza en Manankoro se basan en cultivos alimentarios —como el mijo, el maíz y el cacahuete—, y también en cultivos y plantaciones comerciales, como el algodón y el anacardo. Fuera de la agricultura y la ganadería, la pesca y la pequeña empresa se encuentran entre las actividades económicas del área. La dedicación de los habitantes a su quehacer, al igual que el enorme potencial en cuanto a suelos y recursos naturales, constituyen un valioso activo al cual la comunidad puede recurrir en su empeño por mejorar su situación económica. El aislamiento que suponen la lejanía de las grandes ciudades y los caminos imprevisibles constituye un grave obstáculo para el progreso económico. Con todo, el hecho de encontrarse en un lugar apartado es uno de los aspectos que han contribuido a preservar una interesante vida cultural.

En las comunidades rurales como Manankoro, la vida cultural trasciende el origen étnico y las celebraciones. Manankoro solía servir como referencia de su cultura para toda la región meridional. Todos los aspectos sociales, políticos y económicos de esta vida comunitaria poseen una dimensión cultural. Por ejemplo, fuera del concejo elegido existen dirigentes tradicionales que actúan como líderes morales. Este liderazgo tradicional es ejercido a través de un concejo de la aldea encabezado por un jefe de aldea. Los dirigentes tradicionales y los elegidos trabajan en conjunto para administrar la comunidad. Las comunidades rurales aisladas como Manankoro no han sido influidas muy poderosamente por los medios de comunicación y las tecnologías; es así como aún prevalecen los auténticos rasgos y comportamientos culturales, como las celebraciones tradicionales. No obstante, el aspecto cultural puede entrañar un obstáculo para los derechos educativos y la justicia social en relación con aspectos como la educación infantil y el género. Por ejemplo, en esas comunidades el género no es considerado un tema de discusión y las mujeres son marginadas de la vida sociopolítica y cultural.

Jeunesse et Développement: la organización que supervisó el proceso

Jeunesse et Développement es una ONG nacional fundada por jóvenes que comenzó a funcionar en 1999 en Malí. Su labor tiene que ver principalmente con la educación, la capacitación y la información. Inició sus actividades en zonas rurales, con el objetivo de fomentar el autodesarrollo comunitario. Gboku y Lekoko (2007) subrayan la importancia de llevar a cabo un proceso de evaluación de necesidades antes de poner en marcha los programas de educación de adultos, entre otras razones porque

«la evaluación de necesidades de los potenciales alumnos adultos le ofrece al personal encargado de los programas la oportunidad de identificar de manera imparcial las necesidades y las prioridades de los estudiantes, sin dejarse influir por las preferencias y los sesgos personales del grupo destinatario». (p. 63)

Ciñéndose al principio de escuchar activamente a los futuros socios, sin imponerles soluciones definidas de antemano para sus preocupaciones sobre el desarrollo, Jeunesse et Développement supervisó un estudio de un mes para la evaluación de necesidades en el área de Manankoro, llevado a cabo en 1999. Dicho estudio reveló la existencia de cuatro áreas de preocupación, a saber salud, medio ambiente, condición de la mujer y alfabetización. Sus resultados sirvieron de base para emprender un proyecto comunitario el año 2000 (Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida, 2007). Dada la interrelación de las preocupaciones con el problema de la alfabetización, Jeunesse et Développement sugirió el uso del enfoque Reflect, el cual fue introducido mediante una capacitación de capacitadores impartida por la organización británica ActionAid.

El proyecto Reflect de la comunidad de Manankoro y la transformación social

El proyecto Reflect se inició en 23 aldeas, para después extenderse a 40 aldeas de 3 comunas de la comunidad de Manankoro, lo que representa una cobertura del 95 % del área geográfica de la comunidad. Cada aldea contaba con su propio círculo Reflect. En cada comuna, un círculo Reflect constaba, por lo general, de 30 a 50 miembros, con una proporción equitativa de hombres y mujeres. En las aldeas más grandes había varios círculos. Los participantes en los círculos eran jóvenes y adultos, aunque no toda la población de la aldea intervenía en ellos. La gestión del círculo Reflect estaba a cargo de un comité administrativo, constituido por algunos dirigentes y ancianos de la aldea, quienes, sin embargo, no podían tomar parte activa en las actividades. Como el enfoque Reflect inculca valores como la participación y el compromiso, los participantes se organizaron de tal manera que pudieran reunirse en una sala de clases, bajo la sombra de un árbol, o en un espacio público de la aldea. A fin de minimizar la noción freireana de cultura del silencio durante las actividades Reflect, se escogió a los facilitadores entre miembros de la comunidad, casi siempre dos personas, un hombre y una mujer. El círculo Reflect se reunía de acuerdo con un calendario acordado por sus miembros. Jeunesse et Développement se encargó de supervisar el proceso a través de sus representantes y coordinadores sobre el terreno, quienes recogieron comentarios y sugerencias sobre el progreso del círculo Reflect.

En colaboración con Jeunesse et Développement y otros socios, el proyecto de la comunidad de Manankoro empleó el enfoque Reflect para hacer frente a problemas de desarrollo identificados por la comunidad, que eran principalmente de carácter social. Se concentraron en la educación cívica, la salud, la gestión de recursos naturales, y el género, con la alfabetización como actividad transversal. En el enfoque Reflect se hacía lo posible por permitir que los miembros de la comunidad expresaran su opinión sobre todos estos temas. Entre los principios rectores para el funcionamiento de los círculos Reflect en cada una de las aldeas figuraban el diálogo, la reflexión y la acción. Freire (1995) señaló que «el diálogo crítico y liberador, dado que supone la acción, debe llevarse a cabo con los oprimidos, cualquiera sea la fase en que se encuentre su lucha por su liberación». La influencia del enfoque Reflect fue significativa si se tienen en cuenta varias características opresivas de la comunidad. Entre los opresores se incluían tanto forasteros que participaban en la administración y el desarrollo de la comunidad como habitantes locales. La opresión se manifestaba a través de la relación entre autoridades y pobladores, terratenientes y personas sin tierras, ricos y pobres, hombres y mujeres, padres e hijos, y maestros y educandos. Así pues, las actividades en torno a las preocupaciones identificadas gracias al enfoque Reflect podían fomentar el pensamiento crítico y la acción, de modo de facilitar una transformación social acorde con las aspiraciones de los miembros de la comunidad.

Educación cívica y transformación social

En lo concerniente a la educación cívica se subraya la percepción de los miembros de la comunidad como ciudadanos, por una parte, y su relación con sus autoridades, por otra. La reforma de la descentralización trajo consigo un importante cambio en la condición de ciudadano, que evolucionó de ciudadano sometido en épocas anteriores a ciudadano activo durante la etapa de descentralización. Dicho de otro modo, los ciudadanos no sólo tienen responsabilidades, sino también derechos. Para resaltar la transparencia y la participación ciudadana en el proceso de desarrollo local, las sesiones de los concejos elegidos se celebran públicamente, y a ellas puede asistir cualquier ciudadano en carácter de observador. Los ciudadanos pueden exigir que se les facilite una copia del presupuesto comunal. Pueden interpelar a las autoridades acerca de sus responsabilidades. En todos los círculos Reflect de la comunidad de Manankoro tuvieron lugar animados debates y reflexiones en torno a la descentralización y la educación cívica. El Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (2007) señaló que

«a nivel comunitario había centros de acción cívica en cada aldea. Ellos consistían en una biblioteca, un espacio de aprendizaje para adquirir aptitudes de la lectura, escritura y cálculo, un espacio para asesoramiento jurídico, y una videoteca con casetes de audio y vídeo». (p. 21)

Estos centros ofrecían oportunidades para que los ciudadanos participaran en diálogos, reflexiones e iniciativas sobre ciudadanía y desarrollo local.

Un avance significativo en el proceso de transformación social fue la creación en cada aldea de comités de educación cívica que promovieron los derechos y las responsabilidades de los ciudadanos. Es importante señalar que dichos comités contaron con el apoyo y la colaboración de muchos de los organismos públicos que en el pasado solían adoptar medidas opresivas contra ciudadanos que gozaban de unos pocos derechos que en ese entonces eran incluso ignorados. En consecuencia, tanto los comités de educación cívica como los centros de acción cívica, que habían surgido por iniciativa de los círculos Reflect, constituían armas de liberación y autopromoción para los ciudadanos. Eran herramientas creadas por y para los miembros de la comunidad, las cuales, con referencia a la noción freireana de «educación problematizadora», permitían que ellos debatieran y reflexionaran sobre sus propios problemas y adoptaran las medidas correspondientes. Puesto que la administración y la gobernanza estaban la mayoría de las veces vinculadas al poder e inspiraban temor en los ciudadanos, dichas herramientas constituían armas eficaces que permitían a los miembros de la comunidad alcanzar por sí mismos el empoderamiento y la transformación social. Se emprendieron varias iniciativas cívicas en las aldeas, y al mismo tiempo aumentó la transparencia y la eficiencia en la interacción de las autoridades elegidas con los organismos públicos y los ciudadanos.

Salud y transformación social

Los círculos Reflect debatieron en torno a temas que los miembros de la comunidad consideraban importantes, por ejemplo la salud en el caso de la comunidad de Manankoro. A fin de propiciar diálogos y discusiones más a fondo sobre el tema de la salud, en los círculos Reflect se empleó la estrategia de la educación entre pares. Teniendo en cuenta que el de la salud es un asunto sensible, en especial lo relativo a las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el HIV, que eran temas tabú, la educación entre pares fomentaba el diálogo entre grupos que se sentían cómodos al hablar unos con otros. Las mujeres podían reunirse a intercambiar opiniones, y los jóvenes también podían comunicarse entre sí para crear un clima de mayor confianza. Luego, los participantes se reunían y debatían sobre temas sensibles en los círculos Reflect. Con respecto a una progresiva transformación en el área de la salud, el Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (2007) señala que

«debido a un aumento en la proporción de personas capaces de reconocer y tratar las enfermedades infantiles (malnutrición, diarrea, infecciones respiratorias agudas y malaria), las ETS y el VIH, ha mejorado el acceso a los servicios e infraestructuras de salud». (p. 21)

Gracias a la creación de asociaciones comunitarias de atención de salud, y a la colaboración de éstas con comités de educación cívica, fue posible fomentar el diálogo interinstitucional sobre la salud y propiciar la movilización social. Por ejemplo, tras las discusiones sobre la malaria en los círculos Reflect, muchas aldeas han acometido iniciativas públicas destinadas a sanear su territorio y promover el uso de mosquiteros. El Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (2007) observó que para esos efectos se han formado comités de higiene y saneamiento en las aldeas. La creación de organizaciones relacionadas con la salud también ha favorecido el diálogo con los concejos elegidos y los organismos públicos, proporcionando así una voz a los miembros de la comunidad. Al tiempo que desarrollaron los conocimientos autóctonos sobre salud y atención sanitaria, los círculos Reflect fomentaron la creación en las aldeas de diversos organismos cuyo fin era debatir, reflexionar y adoptar medidas en torno a la prevención y la atención sanitaria. Hubo un cambio en la actitud anterior, que no promovía los derechos de los miembros de la comunidad en el área de la salud y consideraba que algunos asuntos de esa índole eran un tema tabú.

Gestión de recursos naturales y transformación social

Los círculos Reflect contribuyeron a crear conciencia en la mayoría de las aldeas de la región sobre el tema de la gestión de recursos naturales. Las cuestiones relativas a la gestión del suelo y de los recursos naturales, que tenían un carácter estratégico en esa zona, dieron con frecuencia origen a numerosos conflictos. Este sector del país se caracteriza por poseer un importante nivel de biodiversidad. La explotación del suelo era un asunto complejo, por lo que las discusiones sobre este particular congregaron a varias partes interesadas: el problema les concernía tanto a las comunidades locales como a los concejos elegidos y a los servicios técnicos del Estado para el medio ambiente. Habida cuenta de intereses a menudo contrapuestos que eventualmente habría de generar, el medio ambiente de una comunidad como Manankoro podía ser fuente de muchas prácticas opresivas. Los opresores en este caso eran los servicios técnicos estatales y algunas autoridades de las aldeas que recurrieron a prácticas destructivas del ambiente sólo para satisfacer sus intereses personales.

Según Diarra (2007), luego de debatir sobre el tema de la gestión de los recursos naturales los miembros del círculo Reflect de una aldea descubrieron que la tala sin control representaba una amenaza para su comunidad y su medio ambiente. Se percataron de que los ancianos de la aldea, de común acuerdo con el servicio técnico estatal, respaldaban la decisión de talar los bosques para fines comerciales. Tras discutir y reflexionar sobre el tema, el círculo Reflect decidió intervenir. Freire (1995) advirtió que

«los opresores desarrollan en sí la convicción de que les es posible reducir todo a su poder de compra. De ahí su concepción estrictamente materialista de la existencia».

El círculo Reflect estaba convencido de que esta decisión de los ancianos y de la oficina ambiental estaba motivada por intereses personales. Fue así como sus miembros decidieron cambiar esa actitud. La negativa de los ancianos a dialogar aumentó la determinación de los jóvenes, quienes, llegado el caso, estaban dispuestos a adoptar severas medidas para detener la tala. Diarra (2007) informa de que, sin embargo, dos de las partes interesadas acabaron allanándose a zanjar el asunto mediante el diálogo y la negociación. Los jóvenes se disculparon con los ancianos y estos reconocieron que los jóvenes deberían tener injerencia en las decisiones relativas a la gestión de los recursos naturales de la comunidad. Ese cambio de actitud y comportamiento fue un logro muy frecuente de los círculos Reflect.

Género y transformación social

De acuerdo con Naidoo (2002), la descentralización en África puede favorecer la participación de grupos marginados —como las mujeres— en la educación y en el desarrollo comunitario. Maruatona (1996) añade que para esos grupos

«el método freireano transformaría a los alumnos adultos en sujetos, y no en objetos pasivos, de su aprendizaje. El proceso les ayudaría a convertirse en participantes activos en el proceso de desarrollo que tiende al mejoramiento de su vida». (p. 9)

Así pues, la descentralización y el ideario de Freire dieron pie para que los círculos Reflect contribuyeran a crear conciencia sobre el tema del género en la comunidad de Manankoro. Los círculos Reflect organizaron debates y deliberaciones en torno al género y sus alcances políticos, culturales y económicos. La naturaleza informal de los círculos Reflect, además de algunos rasgos culturales comunes, permitieron discutir y meditar sobre asuntos sensibles, como la participación de la mujer en las instancias de toma de decisiones, la mutilación genital femenina, y la escolarización de las niñas. El hecho de que hombres y mujeres debatieran y reflexionaran en conjunto permitió abordar las cuestiones de género como una preocupación de toda la comunidad y no como un motivo de discordia entre unos y otras. Si se desea llevar a cabo una transformación social, es menester adoptar medidas eficaces y responsables.

Pese al carácter polémico de los rasgos culturales en lo relativo al género en el contexto africano, el Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (2007) nos ha hecho saber que muchos cambios observados en la condición de la mujer son resultado de la labor de los círculos Reflect en la comunidad de Manankoro. Como ejemplo puede citarse la creación de grupos femeninos, cada uno de los cuales estaba organizado en torno a una serie de actividades rentables para aumentar el poder económico de las mujeres, como ahorro y crédito, jardinería, molienda y pequeñas empresas. Las actividades remunerativas les proporcionaban a las mujeres considerables recursos financieros que, en combinación con la discusión y la deliberación en los círculos Reflect, contribuían a aumentar su participación en el proceso de toma de decisiones en la familia y en la comunidad. Lo anterior permitió fortalecer el estatus de mujeres y niñas y constituyó un importante cambio en comparación con la situación anterior, en que las mujeres vivían en la ignorancia y en deplorables condiciones laborales. En consecuencia, el enfoque Reflect sirvió para que las mujeres de la comunidad, ayudadas por los hombres, analizaran con ojo crítico su situación y las actitudes opresivas en todos los ámbitos, para así encontrar la manera de librarse de la influencia ejercida por opresores internos y externos.

Alfabetización y transformación social

Si consideramos la tasa de alfabetismo de Malí, que es de 26 %, con una mayor proporción de hombres, el problema de la alfabetización sigue planteando un enorme desafío. La filosofía del enfoque Reflect sobre la alfabetización no dice que ésta deba impartirse para la mera adquisición de aptitudes de lectura, escritura y cálculo. De hecho, el tipo de alfabetización empleado por el enfoque Reflect se basaba en la concienciación y estaba orientado a la acción. Aun cuando el Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (2007) informa de que los círculos Reflect permitieron que 1.080 miembros de la comunidad de Manankoro —el 60 % de ellos mujeres— aprendieran a leer y escribir cada dos años, la influencia de la alfabetización y su potencial de concienciación y transformación social deben ser evaluados más allá de las cifras.

En sus círculos Reflect, los miembros de la comunidad de Manankoro escribieron y leyeron su mundo. El Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (2007) da cuenta de una amplia variedad de actividades orientadas a la creación de un ambiente alfabetizado: elaboración de gráficos, publicación de un diario comunitario, creación de letreros para colocar entre las aldeas o al interior de las mismas, materiales visuales y audiovisuales. Según Archer y Nottingham (1996), en el círculo Reflect «se alienta a todos los participantes para que hagan una copia del mapa o de la matriz en su libro, luego escriban frases relacionadas y finalmente oraciones. Ellos acaban produciendo un documento real de su autoría en lugar de llenar un libro de ejercicios con garabatos» (p. 13). Los documentos creados por los participantes fueron los que contribuyeron a formar la biblioteca de la aldea y a generar un ambiente alfabetizado, describiendo la sociedad transformada en la que deseaban vivir.

Recapitulación

Este trabajo se concentró en describir y reflexionar acerca de algunos cambios sociales que tuvieron lugar gracias a la aplicación del enfoque Reflect en la comunidad de Manankoro, la manera en que dichos cambios se relacionan con el concepto freireano de transformación social. Merriam y otros (2007) describieron el contexto brasileño de la obra de Freire como un ambiente caracterizado por la marginación, la ignorancia y la explotación, características que también resultaban aplicables a la comunidad de Manankoro. Sobre la base del ideario de Freire, ActionAid creó una innovadora herramienta para la educación y el cambio social llamada enfoque Reflect. En la comunidad de Manankoro la gente utilizó el enfoque Reflect para debatir, reflexionar y adoptar medidas en torno a cuestiones que realmente los inquietaban: la ciudadanía, la salud, el ambiente, el género y la alfabetización. Si bien aún deben realizarse estudios e investigaciones adicionales para analizar a fondo los resultados de sus discusiones, reflexiones y acciones, si nos basamos en las publicaciones creadas dentro del marco del proyecto Reflect de la comunidad de Manankoro podemos afirmar que los habitantes de la aldea han presenciado algunos cambios sociales decisivos y orientados a la comunidad a la luz de la filosofía freireana de la transformación social.

 

 

 

Círculo Reflect para mujeres
Fuente: Moussa Gadio

 


Referencias

Archer, D., y Cottingham, S. (1996). Action research report on Reflect-The experience of three Reflect pilot projects in Uganda, Bangladesh, El Salvador. Londres: Overseas Development Administration.

Chambers, R. (1994). Participatory rural appraisal: Analysis of experience. World Develop ment, 22(9), 1253-1268.

Chambers, R. (1997). Whose reality counts? Putting the first last. Londres: Intermediate Technology Publications.

Diarra, M. T. (2007). Quand les faibles réclament leurs droits [Cuando los débiles reclaman sus derechos]. Le Cercle: Magazine d’information de Pamoja Afrique de l’Ouest, 1, 17-19.

Dyer, C., & Choksi, A. (1998). The Reflect approach to literacy: Some issues of the method. Compare, 28(1), 75-88.

Freire, P. (1995). Pedagogía del oprimido. Sixlo XXI, Madrid 1995. Freire, P. (2007). Education for critical consciousness. Nueva York: Continuum.

Gboku, M., & Lekoko, R. N. (2007). African perspectives on adult learning: Developing programmes for adult learners in Africa. Ciudad del Cabo: Pearson Education South Africa y UNESCO IUAL.

Indabawa, S., & Mpofu, S. (2006). African perspectives on adult learning: The social context of adult learning in Africa. Ciudad del Cabo: Pearson Education South Africa y UNESCO IUAL.

Maruatona, T. (1996). Reflections on Freirean pedagogy and the transformation of rural Botswana. Paper presented at the World Conference on Literacy. Filadelfia: University of Pennsylvania.

Merriam, S. B., Caffarella, R. S., & Baumgartner, L. M. (2007). Learning in adulthood: A comprehensive guide (3 rd ed.). San Francisco: Jossey-Bass.

Naidoo, J. P. (2002). Educational decentralization in Sub-Saharan Africa – Espoused theories and theories in use. Ponencia presentada durante la reunion anual de la Comparative and International Education Society. Orlando: University of Central Florida.

UNESCO IUAL (2007). Making a difference: Effective practices in literacy in Africa. Hamburgo: Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida.

 

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