cales y sin una integración local y regional, sin el recono- cimiento de que allí, en el nivel local y regional radica la base de todo desarrollo socioeconómico a escala hu- mana” (Heck 2010). Según señaló Márcio Pochman, presidente de la Fun- dación Perseu Abramo, del Partido de los Trabajadores brasileño, durante la inauguración de la Segunda Confe- rencia sobre el Desarrollo, celebrada en noviembre de 2011, “… el desarrollo no es solo crecimiento económico. Es también social, ambiental, cultural”. “La ciudadanía, la conciencia de los derechos y el ejercicio de los mismos tienen lugar al interior de las comuni- dades. Es allí donde se realiza el aprendizaje, en la experiencia de la vida cotidiana.” El papa Francisco ha declarado que “... debemos Educación popular: teoría y práctica, práctica y teoría construir una economía en la cual el bien de las personas, y no el dinero, sea el centro. Reconozco que la globaliza- ción ayudó a muchas personas a salir de la pobreza, pero condenó a muchas otras a morir de hambre. Es cierto que en términos absolutos aumentó la riqueza mundial, pero este sistema se mantiene con esa cultura del descarte. Los mercados y la especulación financiera no pueden gozar de una autonomía absoluta”. (Entrevista concedida por el papa Francisco a Andrea Tornielli y Giacomo Galeazzi, del diario La Nación). El Foro Social Mundial, con su lema de que “otro mundo es posible”, se reunió por primera vez en Porto Ale- gre en 2001, y luego en 2015 en Túnez. Se trata de una ini- ciativa de unión, coordinación y movilización de la socie- dad y de los movimientos sociales destinada a afrontar la crisis y elaborar un proyecto alternativo. Opciones de políticas y el papel de los gobiernos En Brasil, el desarrollo regional fue uno de los 5 megaob- jetivos estratégicos del gobierno de Lula. El Comité Ejecu- tivo de la Cámara de Políticas de Integración Nacional y Desarrollo Regional coordinó las iniciativas gubernamenta- les sobre la base de programas regionales que ya estaban en marcha. Lo hicieron con el fin de obtener sinergias y complementariedades entre las distintas esferas de go- bierno en las subregiones y territorios prioritarios, gene- rando un significativo impacto a corto y mediano plazos. “Los diversos programas sociales brasileños, desde Bolsa Família (Beca Familia) hasta Luz para Todos, coinci- den en su impacto de dinamizar el acceso local a los recur- sos, incluso en las regiones más pobres del país. Esta con- vergencia se ve reforzada por el programa Territórios da Cidadania, que representa un programa de recortes de ca- rácter rooselvetiano contra la recesión, capaz de forjar una poderosa palanca que permite no solo resistir las actuales turbulencias, sino además activar una nueva dinámica de crecimiento más equilibrada desde el punto de vista regio- nal y apta para incorporar, de hecho, a los habitantes del campo en el desarrollo del siglo XXI. En términos generales, se está diseñando un estado más descentralizado, más participativo, más democrático en sus procesos de toma de decisiones, más transparente en el plano de la informa- ción y con un papel más activo en la coordinación de los di- versos agentes de transformación de la sociedad” (Sachs, Lopes, y Dowbor 2010). La ciudadanía, la conciencia de los derechos y el ejercicio de los mismos tienen lugar al interior de las comunidades. Es allí donde se realiza el aprendizaje, en la experiencia de la vida cotidiana. En la “Carta Abierta a los maestros y edu- cadores para un mundo justo y feliz”, presentada en la Conferencia Rio+20 en 2012, se señala: “Tenemos que aprender y practicar otras formas de crear políticas públi- cas a partir de las comunidades, y exigir políticas públicas comprometidas con la calidad de vida de las personas. Por lo tanto, es urgente fortalecer los procesos educativos comprometidos con la emancipación humana y la partici- pación política en la construcción de sociedades sosteni- bles, donde cada comunidad humana se sienta compro- metida, incluida y activa en el reparto de la riqueza y la abundancia de vida en nuestro planeta: aprendizaje trans- formador, alfabetización ecológica, educación popular am- biental, ecopedagogía, educación Gaia, educación so- cioambiental. Más que nunca pedimos una educación capaz de despertar admiración y respeto por la compleji- dad de la sustentación de la vida, teniendo como utopía la construcción de sociedades sostenibles por medio de la ética del cuidado, y de proteger la biodiversidad y la socio biodiversidad”. En Brasil, los esfuerzos de la sociedad y los movimien- tos sociales están orientados al diseño de políticas públi- cas con amplia participación social y popular. Consejos nacionales, conferencias con un alto grado de participa- ción en las que se traten los temas más diversos: salud, agricultura familiar, derechos humanos, personas con dis- capacidades, comunicación, agroecología, educación, ju- ventud, derechos de la mujer, pueblos y comunidades tra- dicionales, la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales), medio ambiente, defensoría del pueblo, mesas de diálogo y negociación, presupuesto participativo. Todos ellos forman parte del proceso de diseño de políti- cas desde abajo hacia arriba, respetando la diversidad re- gional a partir de las organizaciones locales. La Rede de Educação Cidadã (RECID), en funciona- miento desde el primer gobierno de Lula en 2003, se de- dica a capacitar a educadores multiplicadores y a líderes de bases. Incluye políticas de economía solidaria, los Terri- torios de la Ciudadanía, la educación popular sobre salud, la educación sobre el medio ambiente, la educación sobre derechos humanos, la alfabetización de jóvenes y adultos. La intención de la RECID es desarrollar prácticas educati- 82 2015 La educación para la ciudadanía mundial 105